Matt reaccionó mal. No le apetecía quedarse jugando en la arena o amodorrarse en el columpio hasta después del paseo. Si volvían pronto a casa, estaba demasiado acelerado para dormir la siesta.
Sants es un “espacio público interior”, explica. Cuando se abren las puertas, destemplados, entran los durmientes a amodorrarse en las áreas de espera. “Y si están correctos y limpios ...
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